sábado, 15 de mayo de 2010

Estados de ánimo

Ésta es la primera idea que me viene a la mente, y no es por casualidad. Aunque suene extraño o rebuscado, considero que lo que vemos en los mercados financieros durante la última semana, es la máxima expresión de lo que podríamos llamar "estados de ánimo". Ahora explicaré porqué, aunque previamente hay un par de ideas que con escribirlas en esta primera ocasión, se demostrará que son siempre aplicables.

Primero, ninguno de los actores que intervienen en los mercados financieros están presentes para otra cosa que no sea ganar dinero. No nos llevemos a engaño nunca con esto. El ejemplo más clarificador es muy reciente: si hay 'ataques' contra la deuda soberana periférica (esto requeriría un buen post para analizarlo en profundidad), es porque hay alguien que obtiene unos claros beneficios con ello. Sinceramente, los mercados financieros no se mueven de forma altruista, es un hecho constatado.

Y en segundo lugar, todos los mercados financieros, de un modo u otro, están interconectados. Por lo tanto, y salvo casos muy puntuales, cuando se inicia un gran movimiento en un determinado activo, muy probablemente hay repercusiones en otros muchos, aunque de entrada no sean especialmente visibles.


Finalmente, y a lo que íbamos, me quedo con dos titulares que han sucedido esta misma semana. Los repesco de la prensa generalista española, pero bien se pueden tomar de la prensa económica, o yéndonos a otro país o a otro ámbito mucho más específico, como por ejemplo el académico o el psicológico:

* La Bolsa española registra la mayor subida de su historia con un 14,43%.
* El miedo vuelve a los mercados. El Ibex registra su peor sesión del año con un desplome del 6,64%.

La diferencia temporal entre ambos es muy pequeña. El primero resume el cierre del lunes 10 de mayo, y el segundo el del viernes 14. Y realmente, la situación económica general, es básicamente la misma. Ha cambiado únicamente el estado de ánimo del mercado, por una parte, y se ha gestado una pequeña variación en el posicionamiento de importantes fuerzas del mercado. Han sido razones suficientes para que se vaya de un extremo al otro.

Como resultado, unos vaivenes demenciales, que ponen estos días a los mercados a la altura de los mejores casinos del mundo.
Hablando en propiedad, para el inversor medio, para el inversor sosegado, una muy mala noticia. Para el inversor con mayores medios, económicos y tecnológicos a su alcance, un entorno en el que puede ganar auténticas fortunas en cuestión de horas o incluso minutos, algo que terminará haciendo a costa de otros muchos. Porque otra verdad que nos cansaremos de repetir, es que la ganancia de unos suele hacerse contra la pérdida de otros (ya lo detallaremos, ya que tampoco es ésta una 'verdad universal', pero sí una situación frecuente).


Como conclusión, hay dos cuestiones que me a mi me mueven a investigar y a estudiar los mercados, dadas situaciones como ésta que acabo de comentar. Primero, me gusta estar prevenido o alerta ante la posibilidad de que irrumpa ante nosotros una situación de mercado tan extrema. Estar prevenido para no sufrir pérdidas irreparables, y para tener contemplados los instrumentos necesarios para poder competir en un escenario tan duro. Y segundo, y no menos importante, tener una predisposición psicológica para aceptar que estas situaciones, por extrañas e inesperadas, escapan de nuestro alcance, y que habrá momentos en los que la decisión correcta, pese a las posibles oportunidades que tengamos al alcance de nuestro teclado, será permanecer inactivo, evitándonos una pérdida potencial que no es compensada por la expectativa de beneficio.


Seguiremos hablando de todo esto, sin duda.


Toni

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